jueves, 8 de noviembre de 2012


FICHA ANALÍTICA


Nombre de quien elabora: BEATRIZ HERNÁNDEZ ROMERO.
Materia: FORMANDO EN COMPETENCIAS
Fecha: 8 DE NOVIEMBRE DE 2012.

DATOS SOBRE LA OBRA BIBLIOGRÁFICA
DATOS SOBRE LA OBRA HEMEROGRÁFICA

Autor (es):
Título: La normalización de la educación.
Editorial:
Año de Edición:
Colección:
País:


URL:
Autor (es):Arelis Vivas
Título: La normalización de la educación.
¿Nihilismo o triunfo de la razón instrumental?
Título de la revista: Mañongo
Año: 2005
Núm.: 25
Vol.: XIII
Págs:187-203
País:Venezuela
URL: http://servicio.bc.uc.edu.ve/postgrado/manongo25/25-10.pdf
Síntesis argumental:
El artículo de la revista no presenta apartados está constituido por un solo título, a la vez también en forma de interrogante: La normalización de la educación. ¿Nihilismo o triunfo de la razón instrumental?
 Arelis Vivas hace una crítica en forma profunda a la propuesta de normalizar la educación mediante un modelo de calidad empleado en otras empresas, muy distante a la realidad educativa.






DESCRIPCIÓN ANALÍTICA


A)    Palabras clave: Normalización, educación, nihilismo, complejidad, incertidumbre, humana.

B)    Descripción del documento:
La sociedad que enfrenta el siglo XXI realiza un cruce de incidencias en lo económico, político, cultural, tecnológico e institucional que desmoronan lo pronosticable e imponen el contrasentido de lo inimaginable.
La variabilidad que da los ámbitos del quehacer y del saber, cada vez se detiene menos y desencadena en el espacio académico dualidades que se expresan en la lógica contextual: certidumbre e incertidumbre, seguridad y riesgo, orden y desorden, linealidad y discontinuidad, simplicidad y complejidad o lo real y la realidad, que confluyen en un mundo de desencuentros que peregrinan refutando verdades.
Esto provoca una borrosidad, porque se mueve entre lo definible y lo no definible. Rodríguez dice que la borrosidad es aplicable a todo sistema y a su línea de vida, debiendo considerarse las funciones de pertenencia en el espacio y en el tiempo. Desde esta perspectiva, todo concepto de relación es borroso y toma significados distintos dependiendo de quien haga la apreciación y en que contexto.
Dentro de los espacios académicos viendo más allá de conjeturas de lo deseable o indeseable, se requiere de un debate que aclare el conocimiento de la naturaleza dialéctica de la ciencia para no caer en el error de ignorar la condición multidimensional del ser humano, cayendo en una borrosidad que atentaría contra la existencia de la humanidad.

Hay que ubicarse hoy en día en la historia de la educación como componente anatómico de la ciencia y preguntarse ¿cómo opera la educación en el contexto de hoy?, ¿se quedó en el ayer?, ¿marca la senda del futuro deseable?, ¿de que manera? Hay que tomar en cuenta que los espacios del tiempo en el hoy, se diluyen y se convierten en milésimas de segundo en el pasado.

Morin (2001) refiriéndose a la incertidumbre señala que la realidad no es legible y quienes traducen la realidad son las teorías y las ideas con riesgo de entenderlas de manera errónea. Se corre el riesgo que se produzcan cada vez más relaciones simbióticas con las incertidumbres dentro de la sociedad.

Entre las palabras de Morin, se desliza el desafío que imponen los nuevos tiempos a la educación. No puede subsumirse en el vacío de la no respuesta, envuelta en el marasmo de una sociedad envuelta por la complejidad; porque lejos de generar conocimiento se caería en el retorno a la nada.

Al observar que la “calidad” para ser aplicada a la educación dentro del paradigma de la normalización, debería sentirse una inquietud o intranquilidad porque normalizar es tipificar el ajuste a una norma, lo cual es donde prevalece lo no común, como una de las marcas de la complejidad.

En el marco de la complejidad, la calidad se vuelve en una categoría imprecisa, vaciada de contenido impreciso y definitivamente borrosa. El intento de establecer un paradigma de calidad educativa tiene que verse con mucho cuidado, porque las dimensiones de calidad única y estática no son aprehensibles, lo que provocaría con mucha borrosidad  el campo educativo.

Pensar en la calidad como estándar resulta hasta escandaloso, en un mundo inmerso en la incertidumbre y la complejidad visto desde la globalidad y lo que esto conlleva. Estaríamos entrando a lo que conoce como negación de la educación porque estamos tratando de encontrar las formas para adaptarnos dentro de las universidades a las exigencias sociales, a los intercambios académicos e investigativos y satisfacer las de las propias instituciones.
La normalización de la educación, en cuanto a la producción del conocimiento
corre el riesgo de una ruptura, con lo indicativo por la instauración de esquemas rígidos y perversos que encapsulan la capacidad creadora de los individuos y que se revierte contra el saber y conocer.

Pudiera interpretarse como un desatino frente a la lógica de la norma, al control de la práctica como actividad verificadora y por consiguiente una ruptura con la racionalidad. No se trata de esto porque como refiere Morin es la mejor defensa contra el error y la ilusión.

La preocupación está centrada en los giros como vía para certificar a la educación, utilizando el uso de paradigmas que están asociados con el utilitarismo por que no corresponden a las bases que le dan soporte ni guardan pertinencia con la finalidad que es desarrollar el potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de su personalidad.

La educación, no puede sustraerse de la dinámica de los nuevos tiempos, por lo tanto es urgente redimensionar el accionar educativo, adecuarse a una realidad que clama por una redefinición de quehaceres.

El continuar propiciando la estandarización de la educación y por consecuencia la homogenización del conocimiento, se estaría en presencia del nihilismo, asociado a un proceso histórico a través del cual el dominio de lo suprasensible caduca y se vuelve nulo por lo que pierde su valor y su sentido.

Normalizar la educación sería estarla alejando de la proxémica, que es en donde
debe recrearse, tiene que volver los ojos a los espacios que le son pertinentes, al aquí y al ahora, deber ir al encuentro cercano con lo propio, impulsar la construcción a los espacios en la que se contextualiza. Esto implica valorizar lo que representan el sentido territorial, sin perder el sentido de la totalidad.

El nihilismo de la educación es una amenaza, porque es el término de un desarrollo histórico de lo local sin salida. Sería la negación de los auténticos valores de lo interdependiente de lo específico, en beneficio de lo ajeno. La normalización de la educación se constituye en una proposición clara y evidente del nihilismo y no en el triunfo de la razón instrumental.

Hay que repensar la arquitectura de la educación, para lograr sus fines, los cuales deben responder a valores, en un accionar en que estos sean compartidos, afianzados con conductas coherentes y en pertinencia con su entorno y desde lo humano.



C)   Tesis central o el planteamiento principal:
La autora hace una crítica a la normalización de la educación, apuntando hacia la calidad demostrando que no le es congruente con los propósitos que persigue. El estudio y la reflexión los hace desde lo complejo, citando a Morin quien resalta también los nuevos desafíos para la educación. La estandarización de la educación es una idea clara y evidente del nihilismo que sería la total negación a los verdaderos valores.


D) Elementos de la demostración o sustentación:
           
            Normalizar  la educación sería irse por caminos muy diferentes a los fines que                                  
ésta persigue, se estaría entrando al nihilismo descuidando o hasta perdiendo los valores, al mismo tiempo perdiendo la parte humana vista desde la proxémica que requiere estar atentos a las relaciones interindividuales partiendo de las historias vividas día con día.
E)    Metodología de la exposición:
La autora utiliza el recurso explicativo para realizar el análisis acerca de la normalización de la educación con los peligros que la acechan como el nihilismo. De una manera crítica manifiesta su postura frente a la problemática así como sus consecuencias nefastas.




VALORACIÓN CRÍTICA

F)    Balance:
La lección que nos deja esta lectura es estar atentos como docentes, a los fines que persigue la educación, no perder de vista que estamos formando personas que piensan y sienten y no objetos que salen empacados de una empresa.
Vale la pena destacar que hay que repensar la arquitectura de la educación desde el punto de vista de los valores.

G)   Juicio crítico:
Los hallazgos que se encuentran en este artículo hacen pensar en las personas que sugieren esta normalización hacia la educación. ¿Serán personas que saben  los fines de la educación?
Dentro de esta sociedad compleja ¿ Qué clase de personas queremos formar?





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